El movimiento libre
“Fomentemos el libre descubrimiento en nuestros niños,
así ellos podrán adquirir mejores aprendizajes” E. PIKLER
El movimiento libre es un principio pedagógico desarrollado por la pediatra húngara Emmi Pikler, que se fundamenta en tres pilares esenciales: la actividad autónoma del infante, el respeto y apego en los cuidados y la importancia del juego libre.
Este enfoque promueve que los bebés se desarrollen a su propio ritmo sin la intervención constante del adulto ni la imposición de posturas que el infante no ha logrado por sí solo. El movimiento libre se basa en la confianza plena en las capacidades del niño y en la preparación del ambiente en el que pueda ir explorando y descubriendo sus movimientos de forma espontánea.
El respeto por los ritmos individuales y la confianza en las capacidades innatas de los bebés para aprender y desarrollarse por sí mismo a través de un acompañamiento respetuoso son principios clave del método Pikler. El papel del adulto consiste en estar presente, observando y ofreciendo apoyo emocional, seguridad y cariño. La importancia del apego y los cuidados es básica en este principio pedagógico, pues un infante que no se siente seguro, atendido y con sus necesidades básicas cubiertas, no puede explorar de manera autónoma y desarrollar todo su potencial.
Entre los principales beneficios del movimiento libre destacan:
- Autonomía y confianza: el bebé aprende de manera autónoma a conocer su propio cuerpo, sus capacidades y limitaciones, desarrollando confianza y seguridad en sí mismo al sentirse respetado y valorado en su proceso de desarrollo.
- Desarrollo de la motricidad: el movimiento libre favorece el desarrollo natural de la motricidad global y el equilibrio sin forzar posturas para las que su cuerpo aún no está preparado.
Cuando un bebé se siente respetado tanto en sus cuidados como en sus ritmos, cuando se sienten libres para explorar su cuerpo y el espacio siguiendo sus intereses y necesidades, cuando les liberamos de las expectativas de los adultos, los niños crecen en armonía y desarrollan una sólida confianza en sí mismos, bases fundamentales para su bienestar físico y emocional.











